Skip to main content

Mi primera oración a Dios fue: “Señor, que estos evangélicos no vengan más.”

Pr. Marcelo Schauman

 Quedé huérfano de mi papá a los 10 años, después de que él sufriera por muchos años leucemia. Fue muy difícil esa época para mi mamá y para mí, ya que era hijo único. A mi mamá le afecto tanto emocionalmente que intentó hacerse monja y dejarme a mí internado en una escuela donde sólo saldría los fines de semana. Yo sólo lloraba, por cualquier motivo.

 Mi mamá al poco tiempo enfermó y también murió. Me encontré a los 13 años sin papás, sin familia. Yo no lo podía entender. A partir de ahí mi familia fueron mis tíos y mis primos. Ellos me cuidaron , no dejaron que nada me faltara.

 Pasaron los años y con la excusa de que ellos no eran mis padres, comencé una etapa de rebeldía donde consumía mucho alcohol, cigarrillos… y a los 22 años, por primera vez, consumí cocaína. 

 Mi vida comenzó a caer en picada. Me iba bien económicamente porque tenía mi propio taller de chapa y pintura, pero debido a que no paraba de consumir y a que me rodeé de personas que consumían como yo, perdí todo.

 Pronto comencé a relacionarme con piratas del asfalto, robo de autopartes, todo un camino fuera de la ley. Pero no sólo la policía y las malas compañías me perseguían, también los evangélicos. Mi primera oración a Dios fue: “Señor, que estos evangélicos no vengan más” y sin darme cuenta un día me encontré llorando en un galpón, donde antes funcionaba Avance Cristiano. Tuve muchas idas y vueltas hasta que decidí internarme en Desafío Juvenil.

 Jesús transformó mi vida, sanó mis heridas, quitó mi soledad. Soy libre de las adicciones, “cambió mi lamento en baile”, me dio una esposa maravillosa y hermosa, una nueva familia.

Leí la Biblia estando borracho.

Leí la Biblia estando drogado.

Leí la Biblia estando desesperado.

Leí la Biblia siendo restaurado.

Leo la Biblia apasionado

Leo la Biblia enamorado.

Chat
¿Necesitás comunicarte?
¡Hola! 👋🏻
¿podemos ayudarte?