“Hermanos en Cristo, ustedes deben sentirse muy felices cuando pasen por toda clase de dificultades. Así, cuando su confianza en Dios sea puesta a prueba, ustedes aprenderán a soportar con más fuerza las dificultades. Por lo tanto, deben resistir la prueba hasta el final, para que sean mejores y puedan obedecer lo que se les ordene.”
Santiago 1:2-4 (TLA)
Superando desafíos con la ayuda de Dios
Hay temporadas en las que recuerdo muy a menudo estos versículos. Sentirnos felices cuando pasemos por dificultades. Y me pregunto: ¿Cómo sentirme feliz cuando la tristeza y la angustia me golpean el pecho?
Todos enfrentamos dificultades y desafíos algunas veces, mientras los estados de ánimo van al compás de las circunstancias. Es como atravesar el mar en bote durante una tormenta. Y es entonces cuando, al igual que los discípulos temerosos en su viaje en la barca mientras Jesús dormía, yo también digo en voz alta: ¡Señor, haz algo! (Lee Mateo 8:23-27 para recordar esa historia).
¿SENTIRTE FELIZ?
La felicidad de la que habla Santiago no es la felicidad superficial que muchas veces buscamos en la vida, sino una felicidad profunda y duradera que proviene de la confianza en Dios. Esta es la felicidad que nos permite mantener la esperanza y la alegría en medio de la adversidad.
Este gozo es sobrenatural, y es Dios mismo quien lo provee. Basado en la alegría de ser salvos por medio de Jesús, el gozo se extiende a medida que nuestra fe crece, cimentada en la Palabra de Dios.
CRECER
Al transitar por esos caminos sombríos, tu confianza en Dios se va fortaleciendo. Por eso, en lugar de ver a estas situaciones como negativas, miralas como oportunidades para crecer en la fe y fortalecer tu relación con Dios. Él está trabajando en tu confianza, y ¡te va a sacar bueno/a!
Al pasar por pruebas, aprendés a soportar con más fuerza las dificultades, y podés resistir la tentación de abandonar la fe o de rendirte ante la adversidad. Podés resistir la prueba hasta el final, porque es el Espíritu Santo quien te ayuda a hacerlo. No es en tu fuerza que vas a lograrlo, sino con la fuerza del Señor.
Así es como crecemos como seguidoras/es de Cristo. Nuestro ser interior se va fortaleciendo y la confianza en Dios, se incrementa.
NO ESTÁS SOLO, NO ESTÁS SOLA
Aunque sientas soledad en momentos de dificultad, nunca estás sola/o. Dios está con vos en todo momento, y te ama incondicionalmente. Él te da la fuerza y la sabiduría que necesitás para superar cualquier prueba.
Es tiempo de ver con los ojos de Dios: las dificultades que enfrentás son oportunidades para fortalecer tu fe y crecer en tu relación con Dios. Al hacerlo, encontrarás una felicidad profunda y duradera, y podrás resistir las pruebas hasta el final.
Que Dios te bendiga y te dé la fuerza del Espíritu para enfrentar cualquier desafío que se te presente.
Patricia Velázquez