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“Me impactó tanto el amor de la gente y lo bien que me trataban que decidí entregar mi corazón a Dios.

Misionera Pilar Alba de Páez

 Mi nombre es Pilar Alba de Páez. Soy española, nací en Castellón. 

 A la edad de 5 años me quedé huérfana de padre. Mi papá tuvo un accidente de tráfico y falleció. Yo era la más pequeña de mis tres hermanas, mi mamá trabajó mucho para sacarnos adelante.

 De niña abusaron de mí. Cuando tenía 6 años, mi hermana mayor se casó con alguien que tenía problemas de esquizofrenia. Él le pegaba a mi hermana y, algunas veces, nos pegó a nosotras. Ésto creó en mí una imagen muy dañada de lo que es un hombre.

 A la edad de 14 años, mi hermana mayor me invitó a visitar una iglesia evangélica. Estoy hablando de hace 36 años atrás, así que en España, en esos tiempos, pensábamos que todo lo que no fuera católico era una secta. Aún así me animé y dije: Por un día que visite esa iglesia no me va a pasar nada.

 Visité la iglesia y me impactó tanto el amor de la gente y lo bien que me trataban que decidí entregar mi corazón a Dios. No entendí el mensaje de la predicación ni las canciones pero… se respiraba vida y esperanza; y eso es lo que yo necesitaba.

 En mi habitación le dije a Dios: Si Tú existes por favor ¡cambia mi vida! Y de verdad que Dios lo hizo. Dos meses después me bauticé. 

 Servía al Señor en mi iglesia en todo lo que podía, Dios me habló de ser misionera en un país musulmán. ¡Le dije que sí! Y me preparé, ¡estudié en un seminario bíblico! Estudié árabe y francés. Y fui enviada como misionera. Viví 12 años en un país musulmán en el norte de África.

 ¡Dios me ha bendecido con una gran familia! Mi esposo es argentino, tenemos 4 hijos varones y somos misioneros en los Países Bajos.

 Tú que estás leyendo, te aseguro que Dios puede cambiar y transformar tu vida. Tú sólo entrégale tu vida y ¡síguele! Él hará grandes cosas.

 Dios te bendiga grandemente.